Reseña: El libro de los portales

El libro de los portales

TÍTULO ORIGINAL: El libro de los portales

AUTORA: Laura Gallego

EDITORIAL: Minotauro

NÚM. PÁGINAS: 496

PRECIO: 14,95 €

SAGA: -

SINOPSIS

Los pintores de la Academia de los Portales son los únicos que saben cómo dibujar los extraordinarios portales de viaje que constituyen la red de comunicación y transporte más importante de Darusia. Sus rígidas normas y su exhaustiva formación garantizan una impecable profesionalidad y perfección técnica en todos sus trabajos.

Cuando Tabit, estudiante de último año en la Academia, recibe el encargo de pintar un portal para un humilde campesino, no imagina que está a punto de verse involucrado en una trama de intrigas y secretos que podría sacudir los mismos cimientos de la institución.

OPINIÓN

Laura Gallego lo ha vuelto a hacer: ha creado un mundo y una historia completamente desde cero, asentada en unos pilares fuertes y sólidos, que hace disfrutar al lector desde el principio hasta el final.

Estamos en Darusia, que ha conseguido crear un imperio muy importante gracias a sus famosos portales, capaces de transportar a las personas y mercancías de una punta a otra del país en unos segundos. Estos portales utilizan, como materia prima para su pintura, un mineral con propiedades maravillosas llamado bodarita, de color granate. La Academia es la mayor institución y la gobernadora de este lugar, ya que desde hace muchísimo tiempo, forma todos los años a jóvenes que se convierten en pintores de estos portales. En el momento de la acción, tenemos a Tabit, un estudiante de último curso que como proyecto final se le ha encargado pintar un portal que comunica una humilde casa de campesinos con la capital. Pero por una serie de circunstancias, un poco difíciles de explicar, acaba aliándose con un minero, un guardián de un portal, otra estudiante de la Academia, un campesino y un profesor muy particular que desaparece misteriosamente. Entre todos tendrán que averiguar qué está pasando en Darusia, qué se cuece en la Academia y descubrirán cosas maravillosas de los portales.

Los personajes, aunque son muchos, están todos perfectamente caracterizados y perfilados. Aunque todos son importantes y tienen un papel fundamental en la trama, me  ha parecido que se hacía más hincapié en algunos como Tabit y Caliandra, ambos estudiantes y representantes de dos caras de una misma moneda: la lógica y el razonamiento, la intuición y el impulso. Tabit no me ha caído especialmente bien, y aunque tiene momentos, por lo general me ha parecido más bien simplón y es que su modo de ser me recuerda a alguien que conozco y en fin, esto son cosas mías. También tenemos a Tash, un joven minero; Yunek, el campesino que solicitó el portal que Tabit tenía que pintar; maese Belban, el excéntrico profesor que desaparece; y Rodak, el joven guardián que acaba de obtener su puesto de trabajo en una famosa ciudad costera.

Es increíble cómo está construido e hilado absolutamente todo en este libro. No hay cabos sueltos ni nada está dejado al azar, sino que se nota que tanto la ambientación, como la historia, los personajes y todo lo fantástico que podemos encontrar, está asentado sobre unos pilares y una base muy sólidos. Me encanta el trabajo que hace esta autora en cada uno de sus libros, y es que como sabéis, es una de mis escritoras favoritas. Pero es que además, en esta ocasión, me ha sorprendido muy gratamente la complejidad de la trama y de historias que se entrelazan, cruzan y terminan por confluir. Así mismo, hay numerosos giros y hechos inesperados y nada predecibles, y es que según iba leyendo, no tenía ni idea (en ningún momento) de por dónde iban a salir los tiros.

Sin embargo, y muy a mi pesar, ha habido unos cuantos “peros” que no me han convencido y que no han permitido que disfrutara de esta novela tanto como me hubiese gustado. El primero de todos se debe a que me ha parecido una lectura un poco densa. Creo que a esto han contribuido tanto la edición (me parece que la letra está muy junta, pero también puede ser cosa mía), como el hecho de que, al ser un mundo creado desde cero, hay que hacer bastante esfuerzo por imaginarse todo. Y cuando lees este tipo de libros en una época estresante, llena de trabajos, exámenes y mil cosas… cuesta más de lo que debiera. Y por último, el segundo “pero” es la historia de amor, o los romances que hay, que aparecen varios. No me han terminado de convencer y alguno me parecía un poco forzado.

En resumen, El libro de los portales se caracteriza, como el resto de novelas de la autora, por poseer una historia firme y bien asentada, unos personajes muy bien perfilados y una trama compleja que atrapa al lector de principio a fin. Aunque me ha parecido una lectura un poco densa en algunos momentos, no he dejado de disfrutar y me he sumergido de lleno en el mundo de Darusia y los portales.