Reseña: Las tejedoras de destinos

Las tejedoras de destinos

TÍTULO ORIGINAL: Crewel

AUTORA: Gennifer Albin

EDITORIAL: Alfaguara

NÚM. PÁGINAS: 428

PRECIO: 16,95 €

SAGA: Crewel World (1/3)

SINOPSIS

Inútil. Torpe. Las demás chicas lo susurran a sus es­paldas. Pero la joven de dieciséis años Adelice Lewys tiene un secreto: sus er­rores son intencionados. 
Dotada de una habilidad fuera de lo común para tejer el tiempo, Adelice es exactamente lo que la Corporación está buscando, y en Arras ser elegida tejedora es lo máximo a lo que una joven puede aspirar. Ser hilandera significa privilegios, riqueza y belleza eterna. Pero no solo eso, también significa tener la facultad de bordar la esencia de la vida. Pero para ello hay que pagar un precio que Adelice no está dispuesta a asumir, puesto que deberá controlar absolutamente todo lo que las personas son: lo que comen, dónde viven, cuántos hijos tienen… Así que está decidida a fallar en las pruebas para ser hilandera, pero en su último examen sus dedos resbalan, el telar reacciona a su don… y la Corporación la identifica. A partir de ese momento, Adelice dejará de tener control sobre su vida y pasará a convertirse en un instrumento más de la omnipresente Corporación. Sin embargo, una vez dentro, el poder de Adelice irá creciendo mientras aprende a manejar su don y a decidir en quién confiar, a quién vigilar… y a quién amar.

OPINIÓN

Con una sinopsis y una edición tan llamativas, es imposible no fijarse en este libro, ¿verdad? Lo cierto es que en su interior encontramos también una historia estupenda, aunque con algunos “peros” que no me han convencido.

Desde que los padres de Adelice descubrieron que su hija mayor poseía el don y las manos de una hilandera, que además es capaz de hilar sin utilizar un telar, todo su afán ha sido protegerla de la Corporación. La han entrenado durante años para fallar y no dar a conocer su habilidad, pero un pequeño desliz de Adelice en las pruebas, pondrá sus vidas patas arriba. La Corporación se da cuenta de la capacidad de la joven, y ésta tendrá que abandonar su familia para ir a vivir al Coventri, el lugar donde las hilanderas controlan todo lo que sucede en Arras, el mundo donde se desarrolla la historia. Allí Adelice será capaz de apreciar las consecuencias que conllevan sus actos, pero además, se dará cuenta de que la vida de privilegios de las hilanderas, no es más que la tapadera de otro tipo de esclavitud. Y, como suele ocurrir, no todo es lo que parece y más de uno y de una guarda grandes secretos que podrían hacen temblar los pilares sobre los que se asienta Arras.

Adelice es una chica fuerte y un poco impertinente, ya que no tiene pelos en la lengua y no dudará en contestar y hacer frente a cualquiera. Aunque esta es su faceta más importante, y es justo lo que necesita en más de una ocasión para salir de apuros, en otras ocasiones ha supuesto para nuestra protagonista un grave error, por lo que la veremos meterse en más problemas de los que debiera. No obstante, aunque parece que la intención de la autora era crear a una protagonista desafiante y capaz de enfrentarse a cualquier cosa, es ése pequeño detalle el que hace que flojee un poco, como si no estuviera del todo definida. Aunque Adelice es una chica lista, parece no saber mantenerse quieta en algunos momentos cruciales. Los personajes secundarios están también muy bien hilados y desarrollados: Maela, una hilandera mala malísima y que pone a Adelice en el punto de mira desde el principio; la actual maestra de crewel, Loricel, que guarda más de un secreto; Cormac Patton, un Embajador que sólo ansía el poder; y otros muchos como Pryana, Erik y Jost. Éste último me ha caído especialmente bien, aunque no os podría explicar exactamente por qué motivos.

Sin duda estamos ante una novela juvenil con grandes dosis de imaginación. Gennifer Albin ha creado un mundo desde cero, demostrando su gran capacidad creativa. Éste es el punto fuerte del libro y es que Arras es un mundo completamente nuevo, donde todo puede ser tejido y ordenado según las hilanderas, quienes regulan la meteorología, los alimentos, los hijos que puede tener cada uno y más aspectos de la vida cotidiana de sus habitantes. Refleja muy bien el machismo que domina Arras y cómo las hilanderas no son más que otro elemento controlado que, eso sí, es fundamental para mantener el orden en este mundo, siempre a merced de los hombres. Sin embargo me ha dado la sensación de que algunas cosas, la mayoría de las veces, no estaban bien… hiladas sí, “jajaja”. Chistaco. Leía y parecía que me había saltado alguna cosa, o algo no cuadraba y tenía que volver atrás para ver qué era, sin mucho éxito. He tenido la sensación de que las cosas no estaban bien estructuradas, como si la autora hubiera dejado cabos sueltos y detalles al aire, sin desarrollarlos o profundizar en ellos demasiado.

Por último, quería destacar que la lectura es muy amena y rápida, y aunque me costó mucho arrancar al principio (cosas mías), es cierto que empiezas a pasar páginas casi sin darte cuenta. La narración está elaborada y no se hace pesada en ningún momento, y el final simplemente da pie a miles de posibles caminos que puede tomar la segunda parte de esta trilogía. Así mismo nos encontraremos un pequeño toque de romance, aunque no resulta ni empalagoso ni forzoso, y no es ni mucho menos el tema principal del libro. 

En resumen, Las tejedoras de destinos es una novela juvenil llena de imaginación y creatividad, con una protagonista un poco bocazas y que me ha tenido muy enganchada a sus páginas. Sin duda, estoy deseando ver qué nos deparan las continuaciones de esta trilogía, porque pinta muy bien. ¡Espero no equivocarme!

*Gracias a Alfaguara por el ejemplar.