Guille es un niño introvertido con una sonrisa permanente, y
es un lector empedernido con mucha imaginación. Solo tiene una amiga. Hasta
aquí, todo en orden. Pero tras esta máscara de tranquilidad se esconde un mundo
fragilísimo, como un castillo de naipes, con un misterio por resolver. El
rompecabezas lo configuran un padre en crisis, una madre ausente, una profesora
intrigada y una psicóloga que intenta armar el puzle que está en el fondo. Una
novela coral que respira sentimiento, ternura, vacíos, palabras no pronunciadas
y un misterio sobrecogedor.
OPINIÓN
Tengo muchas reseñas pendientes, así que espero ir actualizando y poniéndome al día en las próximas semanas (me estoy empezando a agobiar). Y de momento, quiero empezar con un libro que leí en abril y que me dejó maravillada.
He querido leer alguna novela de
Alejandro Palomas desde hace tiempo, ya que Cris habla mucho de la calidad de
sus libros, tanto por la forma como por el contenido. Sinceramente, después de
haberme atrevido con este, no sé cómo no me animé antes. Un hijo es una
historia emotiva, dulce e inocente. Mentiría como una condenada si dijera que
me atrapó y fascinó desde la primera página, pero lamentablemente no fue así.
Lo cierto es que al principio, pensé que estaba sobrevalorada, y que no tenía
nada sorprendente. Me estaba gustando sí, pero tenía la sensación de que “no
era para tanto”. No obstante, a medida que avanzaba en la lectura,
paulatinamente se hicieron patentes más cosas que no se podían apreciar al
comienzo de la novela. Es como si todos sus encantos se fueran descubriendo y
desentrañando según los personajes fueran llevando la historia, convirtiendo al
proceso de lectura en una experiencia realmente cautivadora.
Me ha encantado la narración, tan
sencilla, emotiva y cuidada, con un toque inocente muy especial, dulce y sensible. Particularmente
la voz de Guille, el niño protagonista, ha sido la que más sensaciones me ha
transmitido. Es sin duda el que más inocencia aporta a la historia, pero además
un punto de vista muy característico, mezcla de las fantasías propias de un
niño, como la conciencia de saber qué ocurre y no saber cómo explicarlo. Pero
esa sensación de confusión también la aportan otros de los protagonistas adultos,
al no saber qué sucede en realidad, un secreto que guarda un personaje muy
importante para el desarrollo de la historia. Todos estos aspectos hacen que la
narración sea especial y emotiva, al causar interrogantes al lector y además,
la forma en la que se desentrañan todos los sentimientos y emociones de sus
personajes, calan bastante hondo.
Y hablando de personajes, son increíbles. Me ha encantado la forma de desarrollarlos a todos, como
personas muy reales y sobre todo, creíbles. Especial mención requiere Guille,
de nuevo, porque creo que el autor ha sabido reflejar muy bien la personalidad
e inquietudes de un niño de su edad, y eso es digno de mención. Pero en general, me ha encantado conocer a todos sus personajes, desde Nazia hasta el padre de Guille, pasando por sus profesoras.
Así que lo que empezó siendo una
novela que no era nada sorprendente, se convirtió en una lectura maravillosa que
me dejó totalmente enamorada: de la narración, de los personajes y de ese final
tan precioso que nos regala el autor. Además, y antes de que se me olvide, tiene multitud de mensajes escondidos que se van desvelando poco a poco y que enriquecen mucho más la historia, ya de por sí elaborada. Sin duda, leeré más obras de Alejandro Palomas.
En definitiva, Un hijo es un
libro distinto, con una narración espléndida y unos personajes entrañables, que
llevan al lector a través de una historia emotiva y muy bien desarrollada. Sin
duda, lo recomiendo mucho, y estoy segura de que no decepcionará a nadie.
*Colaboración con La Galera.